Prevalencia de la DE en los grupos de edad más jóvenes (20-29 años, 30-39 años)

La disfunción eréctil (DE) suele considerarse una afección asociada principalmente a los grupos de mayor edad, pero en realidad es algo que puede afectar, y a menudo afecta, a los hombres más jóvenes.Es un error común creer que la DE sólo se produce con la edad y que afecta exclusivamente a los adultos mayores.Contrariamente a estas creencias, diversos estudios demuestran que la DE no es una afección infrecuente entre los hombres más jóvenes.

La DE afecta aproximadamente al 8% de los varones de 20 a 29 años y a alrededor del 11% de los de 30 a 39 años.

Disfunción eréctil en jóvenes de 25 años

Centrándonos en los que tienen 25 años, la evidencia sugiere que una parte significativa de los adultos jóvenes experimentan síntomas de DE. La revisión de 2019 del Kings College cita un estudio brasileño que encontró que la DE fue experimentada por el 36,5% de los jóvenes de 18 a 25 años. Otras estimaciones muestran que hasta el 30% de los hombres menores de 40 años experimentan disfunción eréctil. Por lo tanto, un hombre de 25 años que experimente síntomas de disfunción eréctil no es un caso aislado.

Aumento del número de menores de 40 años que acuden al médico por disfunción eréctil

¿puede una persona de 25 años tener disfunción eréctil?Curiosamente, los datos también sugieren que está aumentando el número de personas menores de 40 años que buscan atención médica para la disfunción eréctil. A pesar de las expectativas y los estereotipos sociales, la realidad es que los hombres jóvenes reconocen sus problemas de DE y buscan de forma proactiva una intervención médica para tratar este problema.

Causas comunes de la disfunción eréctil

La disfunción eréctil no tiene una causa única. Por el contrario, existen diversos factores, tanto físicos como psicológicos, que pueden provocar problemas con la función eréctil. Entre los factores físicos se incluyen los problemas cardiovasculares, que pueden impedir el flujo sanguíneo y, por tanto, afectar a la función eréctil. Los factores psicológicos, como la ansiedad y la depresión, también pueden contribuir a la disfunción eréctil.

Además, las elecciones de estilo de vida pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo de la disfunción eréctil. La obesidad, el consumo de alcohol o tabaco y el abuso de drogas se asocian con frecuencia a problemas de erección. Ciertos medicamentos, incluidos algunos tipos de antidepresivos, también pueden contribuir a la disfunción eréctil como posible efecto secundario.

Estrategias para controlar y mejorar la disfunción eréctil

El tratamiento médico más común para los hombres con DE es el uso de inhibidores de la PDE-5. Estos fármacos aumentan el flujo sanguíneo al pene. Estos fármacos aumentan el flujo sanguíneo al pene, ayudando a conseguir una erección. Sin embargo, requieren estimulación o excitación sexual para funcionar eficazmente.

Más allá de las intervenciones farmacológicas, hay varias estrategias que se pueden adoptar para controlar y posiblemente mejorar los síntomas de la disfunción eréctil. Mejorar la dieta y mantener un peso saludable puede mejorar la salud cardiovascular y, por tanto, aliviar potencialmente los síntomas de la disfunción eréctil. Una buena calidad del sueño también es beneficiosa para la salud general y puede afectar positivamente a la función eréctil.

La terapia puede ser valiosa, sobre todo para las personas en las que el estrés psicológico, la ansiedad o la depresión contribuyen a la disfunción eréctil. Reducir el consumo de alcohol y drogas, controlar el estrés y hacer ejercicio con regularidad son modificaciones del estilo de vida que pueden ayudar a mejorar la función eréctil.

Cómo mejoran estas estrategias la salud general

Estas estrategias no sólo ayudan a tratar la disfunción eréctil, sino que también pueden mejorar significativamente la salud en general. Una dieta equilibrada, el ejercicio regular, el control del estrés y un sueño adecuado contribuyen a mejorar la salud en diversos ámbitos, desde la salud cardiovascular hasta el bienestar mental. Es importante señalar que, aunque estas estrategias no curan la disfunción eréctil, pueden desempeñar un papel importante en el control de sus síntomas y en la mejora de la salud en general.